El tiempo de las máquinas: las máquinas pensantes


Las primeras máquinas no eran más que mecanismos que las personas controlábamos. Las encendíamos y apagábamos a nuestra voluntad y les guiábamos en su actuación, pero a medida que la tecnología se ha ido haciendo más potente y más compleja, se ha reducido nuestra capacidad para entenderlas y predecir sus decisiones. Aun así, creíamos estar al mando. Esto hoy, ha cambiado. Ahora, el mando lo están tomando nuestras máquinas y actúan como si tuvieran inteligencia y voluntad. Han conseguido hacerse un sitio en nuestra cotidianidad y estar presentes en todo lo que nos rodea. Controlan nuestras conversaciones, saben dónde estamos, lo que nos gusta, lo que no, nos dicen por dónde ir, qué vestir, qué recordar... La realidad que vivimos es tecnológica queramos o no y ya no es posible retornar. ¿Qué pasaría si estas se hicieran con el control de todo? ¿Cuáles serían sus deseos? ¿Sus reivindicaciones? ¿Cómo sería esta nueva realidad? Quizás la intención de las máquinas que están tomando conciencia no es otra que la de ser lo más humanas posibles: formar parte de nuestro mundo en un mismo nivel jerárquico. Mientras ellan aspiran a humanizarse nosotros nos reducimos a ser pura tecnología. Nos estamos convirtiendo en meros espectadores de nuestro propio mundo que ahora se nos presenta lejano en entendimiento y humanidad.

Y de esta idea nace mi proyecto. Escenas cotidianas dónde el escenario es el que decide lo que se ha de mostrar. Mi trabajo funciona de esta manera. En mis manos, las placas, tarjetas gráficas, procesadores, etc, son los que determinan que es lo que he de representar. De alguna manera me dirigen en el proceso de creación y me expresan lo que quieren que represente. Muchas veces lo hacen de manera inmediata, pero en otras ocasiones simplemente están ahí hasta que consigo descubrir sus intenciones. Puedo decir que son las protagonistas de cada escena y los pequeños seres su acompañamiento.

Estas representaciones que aquí muestro tratan la percepción que tengo del mundo y que concibo como "LA NUEVA REALIDAD", dónde poco a poco nos vamos desplazando hacia lo innecesario, y donde las máquinas se humanizan para dar paso a una realidad tecnológica cada vez más omnipotente.

Lidia Lobato Álvarez

Fotografías: José Luis del Campo y Nuria Farré







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